Uno de los problemas del liderazgo en el entorno empresarial es que quien lo ejerce puede pensar que está cumpliendo su papel de líder simplemente porque lo es y está cumpliendo los objetivos planteados, sin importar si lo está haciendo bien o mal. Esta situación puede convertirse fácilmente en una serie de malas prácticas que nada tienen que ver con la verdadera esencia del liderazgo. Si entendemos el concepto de como la influencia que una persona puede tener sobre otra o sobre un grupo de personas para conseguir un objetivo y vemos que así sucede, ¿debería importarnos cómo se logró ese objetivo? Claro que sí.
Muchos profesionales sueñan con ascender en su carrera y llegar a una posición en la que puedan manejar su propio equipo. Para que esto suceda, es necesario evitar un mal liderazgo. Sin embargo, para convertirse en un líder exitoso, hay ciertas cualidades que se necesitan y otras que deben desarrollarse. No hay un solo estilo de liderazgo, por lo que es importante entender el tuyo. ¿Te ves como un líder definitivo, por ejemplo, que toma decisiones difíciles de manera rápida y segura? ¿O eres un líder colaborativo, que evita decirle a los demás qué hacer, y en su lugar tratas de ayudar a las personas a encontrar su propio camino? ¿Cuáles son los errores de un líder?
Alternativamente, podrías ser un líder persuasivo, que inspira a los empleados a lograr más de lo que creían que eran capaces y siempre se te ocurren ideas creativas. ¿O quizás eres un líder de diagnóstico, que permanece estable, piensa sistemáticamente y tiene buen ojo para los detalles? Independientemente del estilo de liderazgo que tengas, asegúrate de poseer las habilidades necesarias y evita la «brecha de percepción». De acuerdo con el Estudio Australiano de Liderazgo, los empleados vieron a sus gerentes como menos efectivos de lo que los gerentes se percibían a sí mismos en realidad.
En el ejercicio de liderazgo existen distintas prácticas y estilos dependiendo de las personas que lo lleven a cabo, pero existen 5 síndromes documentados considerados como malas prácticas de liderazgo; Dichos síndromes son el resultado de la personalidad, habilidades y experiencia de las personas que ejercen el liderazgo.
Síndromes de un mal liderazgo
- Síndrome de Hammurabi: La persona busca paralizar los procesos comunicativos de la organización estableciendo complejos procedimientos de tal forma que se vea beneficiado ante dicha parálisis. Es decir, crea desinformación de la cual se ve beneficiada su posición de poder pero afecta totalmente el correcto liderazgo.
- Síndrome de Napoleón: La humillación, la ofensa o la amenaza en público son sus señas de identidad, buscan ejercer el poder generando miedo a los colaboradores para imponer su punto de vista. No aceptan que haya alguien con mejores opiniones o ideas que les hagan perder poder o verse débiles. Proviene de un claro problema de auto estima con la necesidad de resaltar su persona dejando de lado caracteristicas claras de el liderazgo.
- Síndrome de Burnout: Este proviene del resultado del estrés laboral que se crea en la organización, se manifiesta al evitar responsabilidades, crear desorganización, fomentando el aislamiento e incapacidad para la toma de decisiones.
- Síndrome de Cronos: Se caracteriza por la búsqueda constante de anular el talento ajeno con el fin de no verse desplazado. La persona con este síndrome tiene miedo a la falta de reconocimiento por que alguien más brille en la organización.
- Síndrome de Hubris: Los que sufren este síndrome son sinónimo de soberbia, arrogancia o prepotencia, creen saberlo todo y ante todo se caracterizan por su falta de humildad y empatía ante sus demás compañeros laborales.
Vale la pena comentar que no son mutuamente excluyentes, ya que hay personas que pareciera tienen más de un síndrome causando daño constante a sus colaboradores y a la organización en la que trabajan, el mundo que avanza hoy es muy distinto al de hace tres años.
No solo cambiamos como personas, también las empresas, los mercados y las tecnologías; prácticamente todo se reconfiguró y el liderazgo empresarial debe estar a la altura de un futuro en el que estas malas prácticas no tienen cabida. Puedes desarrollar la mayoría de las habilidades blandas a tu propio ritmo poniéndote en situaciones que las pongan a prueba, Debes lograr escucharte a ti mismo y concentrarte en cómo puedes ser tu mejor apoyo. Déjanos ayudarte en QUALYLIFE somos expertos en entrenamientos en habilidades blandas donde pondremos en práctica las mejores herramientas para ayudarte a crecer Contáctanos: www.qualylife.com.co
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