El liderazgo organizacional juega un papel clave porque influye sobre la conducta y la toma de decisiones de personas o grupos. Tiene la finalidad de dirigir la institución al logro de las metas y objetivos establecidos, mejorando el desempeño de sus miembros. Debido a esto, el liderazgo es imprescindible para el desarrollo de cualquier organización, fundamental para llevar a cabo el trabajo de manera eficiente y conseguir los objetivos estratégicos.
Sin embargo, lo último que necesitamos en momentos de crisis e incertidumbre es alejar el liderazgo de las personas. El problema es que esa continua veneración por figuras icónicas posiciona el concepto de liderazgo como algo místico y poco alcanzable para la mayoría de nosotros. Todo el que ha tenido alguna vez la oportunidad de liderar a otras personas, sabe que detrás de todo líder hay una persona con un largo caminos de éxitos y fracasos, con una larga lista de sueños, pero también de temores.
Esa es la verdadera esencia del liderazgo, y por eso, en este número de “In 7 Minutes” quiero continuar la labor que inicié cuando escribí Liderazgo Imperfecto, que consiste, principalmente, en desmontar todos esos viejos mitos y absurdas falacias sobre lo que significa liderar en el siglo XXI.
En los diferentes tipos de liderazgo, existen creencias erróneas sobre las características que deben tener los líderes, veamos las principales:
¿Cuáles son los mitos más comunes asociados al liderazgo?
- “El líder nace, no se hace”: Este es uno de los principales mitos. Todas las personas tienen la capacidad de desenvolver sus habilidades para el liderazgo, ello requiere práctica, conocimientos y experiencia.
- «Todos los líderes son carismáticos y extrovertidos»: Si nos guiamos por los estereotipos populares, un líder es esa persona carismática, que siempre es el centro de atención, que cautiva a todos con la elocuencia de su discurso y que sabe cómo seducir a cada persona, en cada situación. Por supuesto, la extroversión tiene sus ventajas en el liderazgo, pero no es imprescindible para liderar. No importa si tienes más o menos facilidad dando discursos frente a miles de personas, o si, por el contrario, prefieres preguntar, observar y escuchar.
- «Los líderes tienen respuestas a todas las preguntas»: El mito de que un líder debe tener respuestas para todo es tan dañino como insostenible, ya que genera líderes agotados, que sienten que no pueden mostrar duda o incertidumbre delante de sus equipos porque serán vistos como débiles, un buen líder no tiene problema alguno en reconocer que no lo sabe todo. Un líder busca otras opiniones, se rodea de expertos en diferentes áreas en las que no posee conocimiento, se apoya en su equipo y mantiene una mentalidad curiosa, enfocada en el aprendizaje continuo.
- «Jefe Malo, Líder Bueno»: Afirmar que todos los jefes, sólo por ostentar ese título, son personas maleducadas y egoístas, mientras que todos los líderes son personas amables, generosas, humildes e íntegras, es una completa insensatez. la figura del jefe es una función necesaria del sistema de gestión empresarial y, salvo escasas excepciones, en todas las empresas alguien debe cumplir con la función de asignación de recursos, supervisión y control; Hay jefes que pueden ser líderes extraordinarios, y hay líderes que pueden ser unos jefes desastrosos.
- “Los líderes no deben mostrar vulnerabilidad”: Es uno de los mitos más arraigados, pues se piensa que los líderes deben mantener una postura fuerte y firme, sin admitir equivocaciones o modificaciones en sus acciones porque eso puede ser un signo de debilidad. Esta postura es desacertada porque realmente los líderes fuertes son receptores de la retroalimentación: asumen la responsabilidad de sus errores, aprendiendo de ellos y exponiendo su lado humano, escuchando y preocupándose por los trabajadores.
El hecho de que una gran cantidad de personas crea en estas falacias no las convierte en verdades innegables, ni mucho menos. En cambio, refleja la facilidad con la que las masas pueden ser influenciadas. El mundo actual no necesita superhombres y supermujeres, sino más líderes reales, genuinos y conectados emocionalmente con las personas que les rodean. Necesitamos más líderes dispuestos a mostrar su humanidad y a liderar tanto con la cabeza, como con el corazón.
El líder que necesitan las organizaciones hoy en día debe ser en esencia explorador, encaminado a la innovación, la comprensión de su entorno y el aprendizaje constante. Es por ello que adquirir y profundizar conocimientos en el campo, puede brindar múltiples beneficios a toda la compañía.
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