La resolución de conflictos es la unión de técnicas que ayudan a solucionar discrepancias individuales o colectivas; ya que cuando las percepciones son contradictorias entre sí, es común que surjan inconvenientes con otros; que pueden solucionarse con éxito si se tienen en cuenta los métodos adecuados.
Es importante partir de que la realidad siempre depende del observador y del contexto en el cual este se desarrolló, por lo que es común tener puntos de vista heterogéneos. En este casó no se trata de evitarlos a toda costa sino de saber cómo sobrellevarlos.
Ya que el conflicto: “es un rasgo inevitable de las relaciones sociales, el problema estriba en que todo conflicto puede adoptar un curso constructivo o destructivo y por lo tanto la cuestión no es tanto de eliminar o prevenir el conflicto sino de saber dichas situaciones conflictivas y enfrentar a ellas con los recursos suficientes para que todos los implicados en dichas situaciones salgan enriquecidos de ellas”, precisó Ramon Álzate en su Teoría del Conflicto de la Universidad Complutence de Madrid.
Por lo que en la resolución de conflictos el concepto de negoción es fundamental, pues de acuerdo con Juan Pablo Villa, escritor del Manual de negociación y resolución de conflictos: “La negación es una importante habilidad que aprendemos a desarrollar muy tempranamente. Lo hacemos desde niños con nuestros padres para tener algo más de libertad o para que nos compren aquello que deseamos. Desde entonces, no dejamos de negociar con nuestros amigos, parejas, jefes, socios, competidores o proveedores”.
En la actualidad el método de Harvard es el más usado en el ámbito empresarial y político, el cual: “Sugiere que se busquen ventajas mutuas siempre que sea posible y que el conflicto de intereses debe resolverse con base en un criterio justo para las partes”, según Villa.
El cual recomienda: primero, conservar a los problemas separados de las personas, segundo, enfocarse en las necesidades explicitas y no en las generales, tercero, crear soluciones creativas para aumentar los beneficios mutuos y cuarto, evitar descalificaciones evaluando con criterios objetivos.
Teniendo en cuenta los principios anteriores se puede comenzar a conciliar, sin embargo, recuerde que no todos los sucesos son catalogados como conflictos.
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Entonces, ¿Qué es un conflicto?
Los conflictos: “Surgen en el desarrollo de acciones incompatibles, de sensaciones diferentes; responden a un estado emotivo que produce tensiones, frustraciones; corresponden a la diferencia entre conductas, la interacción social, familiar o personal”.
Partiendo de lo anterior Qualylife desarrolló las siguientes recomendaciones para que logre generar negociaciones efectivas frente a los conflictos.
1. Comprenda las causas del conflicto:
Para lograr soluciones efectivas, es importante entender las causas de la generación del malentendido, para atacar de forma directa el origen y así mismo generar aprendizaje para el futuro.
2. Tómese un tiempo:
Desee un tiempo prudencial, ya que generalmente cuando hay discrepancias, las emociones no lo dejan proceder con claridad, y es probable que actúe de forma poco asertiva o asegure cosas que es mejor evitar en pro de una sana convivencia.
3. Genere empatía, y ceda cuando sea necesario:
Evite hacer suposiciones y tomarse las cosas personales, desarrolle la habilidad de ponerse en el lugar del otro o el grupo, para poder comprender con mayor claridad el criterio de con quienes presenta el inconveniente. Ahora si usted es consciente de que la otra persona no tiene altos niveles de inteligencia emocional, adopte la posición de mediador, para que pueda encontrar una solución efectiva.
4. Asuma su responsabilidad:
En un conflicto siempre todos los involucrados tienen un grado de responsabilidad, si bien es cierto hay individuos que quizás tienen mayor incumbencia que otros, es importante que entienda cual fue su aporte en este caso y que lo asuma, ya que, al ser consciente de la situación, le será más fácil llegar a la solución.
5. Piense luego actúe, y tenga en cuenta los escenarios posibles:
En muchos casos, las emociones hacen que se tomen decisiones apresuradas y en este caso, el afán no es el mejor aliado, ya que es mejor esperar, incentivar el dialogo, pensar las posibles soluciones y los escenarios de cada uno de ellos para después tomar las acciones que más le convengan.
6. Comuníquese asertivamente:
Rehúsese a pretender que no está ocurriendo nada, o a imponer soluciones, es relevante escuchar al otro, y al mismo tiempo comunicar su punto de vista frente a lo sucedido, para alinear discrepancias.
7. Comience a negociar:
Tenga en cuenta cuál es su objetivo principal, y en que puntos podría ceder con la finalidad de lograr acuerdos mutuamente beneficiosos.
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Fuentes:
- Álzate, R. Teoría del Conflicto. Universidad Complutence de Madrid.
- Villa, J. (2016) Manual de negociación y resolución de conflictos. Profit